Ingrediente versátil usado en distintas preparaciones.
Ahora que han terminado los días de celebración por la Semana Santa comparto contigo todas esas experiencias que dio un solo ingrediente como fue el Bacalao. En esta oportunidad solo teníamos plan de comida familiar para el último domingo, pero el resto de los días serian importantes también a la hora de comer.
Habiendo tanta oferta en el mercado de este ingrediente y buscando flexibilidad y rendimiento, decidí comprar Migas de Bacalao en Salazón. Esto me permitió hacer diferentes cosas en diferentes días y todas con este sabor genuino de las fiestas. Las Migas las adquirí en un local especializado en productos en Salazón de muy buena calidad y al estar en este formato y vendidas al detal pues su precio resulta bastante más económico que los lomos de siempre.
El Potaje de Garbanzos, Espinacas y Bacalao es un plato tradicional en mi casa al igual que los Buñuelos de Bacalao, estas dos recetas las encuentras en el E-book de 200 Momentos Felices. El resto de las Migas estaban pensadas para hacer una maravillosa Empanada Gallega de Bacalao, cebolla y pimientos que llevaría a la comida familiar siendo rendidora y definitivamente muy sabrosa.
Esta Empanada realizada con la masa que me enseñaron a hacer de muy joven por un familiar Gallego tiene la particularidad de quedar muy suave permitiendo comerla a temperatura ambiente, además lleva poco tiempo su elaboración. Se me ocurrió preparar el relleno el día anterior así tenerlo adelantado y para ello usé la base de sofrito de otras Empanadas que vengo realizando de hace tiempo con Bonito, Carne u otro ingrediente. Uno de los secretos de este sofrito es el no cocinarlo por mucho tiempo ya que al cocinar la Empanada estará de nuevo el fuego por al menos 20 minutos. Una buena mezcla de Ajos, Cebolla, Pimiento verde y rojo todo cortado en juliana y puesto uno tras otro al fuego dan este sabor tan característico que complementa perfectamente con las Migas agregadas en el último momento antes de mezclar y apagar, importante resulta no dejar que se seque.
Se me ocurrió el día de hacer el relleno, probarlo en petit comité llenando unas obleas de empanadillas de las que se venden comercialmente y el resultado tiene tan buen sabor como bonita resulta la foto. Debo hacer notar que usé muy poca sal y debemos cuidar este detalle hasta el último momento y probar al apagar por si hay que rectificar.
Mención final de tantos platillos buenos resultan las Torrijas que las hicimos unos días antes, de manera muy rápida ya que son muchos los años que se preparan en familia, siempre de la misma manera y por supuesto tienes su receta en el libro. De aquí lo más importante que te tengo que indicar es que después del día siguiente de hacerlas, se cubren con papel plástico y se refrigeran durante la noche, lo que permite conservarlas por casi una semana manteniendo su textura y sabor al momento de perder lo frío.
