Es día en que tengo que improvisar pues falló mi compra de Atún para hoy, así que dejando esto para el fin de semana, decidí sacar provecho a una bandeja de Raviolis de pasta fresca, rellenos de Setas, por eso comparto contigo en esta nueva entrada del Blog una Salsa Trufada en Raviolis, la cual no lleva Trufa en sí.
Ocurre que atesoro en mi despensa una botella de “Aceite de Oliva Virgen Extra a la Trufa Blanca”, el cual uso en contadas preparaciones donde se requiere un Sabor Diferente, como en la Parmentier. De ahí el nombre de Salsa Trufada…
Esto es lo que se me ocurrió hacer, contando como siempre con ingredientes que hay en casa; Tengo en nevera para hacer regularmente bases de caldos, trozos de Hueso de Jamón Ibérico que naturalmente contienen partes de carne del Jamón y su grasa. En una sartén antiadherente coloqué a fuego bajo una cucharada de pequeños trozos de esta grasa y permití que el calor la disolviera.
Así, agregué un Diente de Ajo cortado en lajas muy finas y un puñado de Pasas de Corinto, de estas que no tienen semillas y que mantenemos siempre en un tarro de vidrio para momentos de “Hambre entre comidas” básicamente, aunque siempre cuento con ellas para casos como este donde un punto de dulzor le viene bien a algo que creo en la cocina. Importante agregar Sal y Pimienta negra recién molida.
Siempre a fuego bajo, en el momento que observé que el Ajo empezaría a dorar, agregué cantidad suficiente de Nata fresca, de la que tiene baja proporción de grasa y que utilizo muchas veces para sustituir a la Mayonesa pues mantiene la misma textura siendo menos grasosa. Cuando observé que empezaría a hervir, le di una última vuelta, agregándole un par cucharadas de este “Aceite a la Trufa Blanca”, la separé del fuego y evité que se enfriara.
En este momento ya el agua hervía con algo de Sal y una gota de Aceite y agregué los Raviolis, que al ser frescos, pues requirieron de solo un par de minutos para estar al dente, repartiéndolos con una espumadera en dos platos, agregando de inmediato la Salsa Trufada por encima y sobre esta rallamos buen Queso Parmesano dando todo su sabor.
Ha resultado un plato muy completo que deja satisfacción doble, por la originalidad de su sabor y la expectativa generada por su improvisación. Eso sí, requiere ser comido de inmediato para que no pierda calor. De postre, Melocotones frescos, olorosos, muy bien lavados y cortados en la mesa al comerlos para no perder ningún jugo. Sí, Bueno ¡!